sábado, 4 de abril de 2009

SUSURROS...

Asomada a un mirador,con el océano bajo mis pies, y la inmensidad del horizonte ante mi, el viento sopla y yo me dejo llevar.

Cada vez que estoy frente al mar sucede algo extraño, se crea una magia difícil de explicar; puedo escucharme a mi misma con tanta nitidez! Fluyen pensamientos,sentimientos e ideas ocultos en alguna parte de mi, siendo sólo capaz de apreciarlas y dejarlas salir a pasear al sentarme sola a conversar con el mar. Mientras,a su vez, él se hace escuchar con susurros grandes o pequeños,serenos o agitados que cuentan al oído milagros de leyendas que quedaron bajo sus aguas, salpicándome con espuma repleta de misterios de otros tiempos.

Pero el agua no suena sola, es al llegar a tierra,embistiendo contra los acantilados y desplomándose en la arena cuando la costa, que la espera impaciente, reproduce su bramido. El agua salpica y se retira dejando una pequeña tregua a las bandadas de gaviotas que gritan mientras buscan y rebuscan alimento en las aguas batidas.

Puede que...puede que el océano con toda su inmensidad y grandiosidad sea la otra parte que "busco"incesante, la otra parte que posea la llave que permite abrir la puerta de mi alma.

Curioso como el vaivén de sonidos, el aroma a sal y la estampa del paisaje me permite trasladarme a lugares inhóspitos sin siquiera levantar los pies del suelo, sin siquiera articular movimiento. Contínuamente dudo entre la tierra que me atrapa y el agua que me llama. No siempre entiendo sus palabras, sus mensajes, pero puedo adivinar a ciegas que algo quiere decirme,a pesar de que no puede llevarme donde yo quisiera.
Soy capaz de ver todo un mundo ante mi,esperando que atraviese su sendero de baldosas amarillas, con qué facilidad toda yo revela ante él mi yo más profundo, ese que nadie conoce.

A veces me dejo arrastrar mar adentro, embrujada por esos murmullos procedentes de sus corrientes, con promesas de sirenas y paraísos...a veces consigo hasta creerlos! A sus orillas dejo llorar los sentimientos que me unen a este mundo en el que vivo o malvivo. Y mis pasos, que interrumpen el claro cristal de sus aguas, son versos de esperanza y sueños que lanzo al viento, a las olas, a todo aquello que añoro y amo, a todo aquello que me gustaría amar.