Visita de una luciérnaga

Una ligera y gélida brisa se colaba por la rendija de la ventana, ondeando su cabello, sonrosando sus mejillas. La fina lluvia golpeaba los cristales, produciendo un constante y casi imperceptible repicar.
Ella,inclinada en un extremo de la luna,conversaba con ésta en silencio mientras observaba, desde la lejanía, un habitáculo vagamente iluminado por la débil llama de una vela casi consumida.

Él dormía y se acurrucaba, y una y otra vez susurraba a oscuras......era media noche cuando "Campanilla" consiguió escurrirse por la rendija de su ventana.....Apoyada sobre su almohada, no hacia sino contemplar a su pequeño "Peter Pan". Lo observaba, hablándole en silencio mientras él dormía ignorando su presencia, ajeno a sus miradas!

Revoloteaba de acá para allá con ligeros movimientos que simulaban una bella danza , y su baile parecía dispuesto a conseguir penetrar en sus sueños!Pues así, pensaba, nada ni nadie podría separarlos jamás...... sus frágiles y húmedas alas rozaban su tímido e inocente rostro. Sin necesidad de hablar ni emitir sonidos, la dulce "Campanilla" le confesaba al intrépido y aventurero "Peter Pan" su amor eterno; depositando en él, como el que deposita una flor, su plena confianza, aún a sabiendas de que aquél era ajeno a todo lo que entre susurros ella decía. Olvidando todo aquello que una vez la quebró y rasgó sus delicadas alas, impidiéndole volar, impidiéndole soñar!

De pronto, el pequeño aventurero suspiró sonriente,como si hubiera escuchado los susurros apenas perceptibles de aquella diminuta luciérnaga, y se revolvió entre las sábanas bruscamente haciendo que Campanilla, que se hallaba absorta en sus pensamientos, se deslizara rápidamente hasta quedar recostada y atrapada por las pesadas sábanas junto a su regazo. Apurada, agitó sus alas intentando escapar, pero al hacerlo, el polvo de éstas rozó la nariz del durmiente Peter Pan, que llevándose las manos a la cara abrió tímidamente sus ojos...... la expresión de su rostro, a diferencia de lo que creyó "Campanilla" no cambió ; de nuevo volvió a sonreir ,y mientras la observaba con detenimiento fue acercando lentamente sus labios a los de aquella pequeña asustada y temblorosa.